Cava Zero


Iñaki Ruiz de Eguino













La nueva sede de Orona aúna escultura, arquitectura y luz para conformar un singular espacio subterráneo
Un juego de líneas, luces, reflejos y transparencias. 
Un lugar bajo tierra que es a la vez escultura y arquitectura. 
Un homenaje al ascensor. 
«Una cueva del siglo XXI».
Un silencioso espacio que invita a relajare. 
Una obra de arte siempre cambiante. 
«Es una escultura muy especial” yo no conozco nada igual. Es un elemento arquitectónico- escultórico en el que le escultura va a la arquitectura y la arquitectura a la escultura», afirma el artista Iñaki Ruiz de Eguino.
Orona Zero, un icono arquitectónico que va «más allá»
Frente aI frontón Galarreta, el edificio Orona Zero es un cilindro inclinado del tamaño de un campo de futbol que acoge la sede corporativa de Ia multinacional europea del ascensor y su centro de innovación, El equipo de Xabier Barrutieta ha mimado cada detalle de un proyecto que ha querido «ir más allá en eficiencia energética, habitabilidad y estética. Con sus más de 2.000 píxeles triangulares como escamas,
Va a ser, lo es ya un icono arquitectónico para Donostialdea.

A pocas fechas de la inauguración y la puesta de largo del edificio Orona Zero, una espectacular construcción circular junto a la rotonda de Galarreta, punta de lanza del polo de innovación Orona Ideo v de la ampliación en Hernani del parque tecnológico de Miramón. Esconde en su planta subterránea una obra de Iñaki Moreno Ruiz de Eguino que aún no tiene título-quizás “Pared de luz”, quizás 'Cava Zero'- y que no es una escultura al uso sino un espacio moldeado por la arquitectura, la escultura luz. «La gente está acostumbrada a la escultura como un hito imponente -comenta el donostiarra- y esto es todo lo contrario, aparentemente una anti escultura». 
Todo partió de una invitación del arquitecto Xabier Barrutieta al escultor para que colaborase en dar solución a un problema. Como explica Barrutieta, «por normativa, en el parking subterráneo el ascensor debía estar separado por una doble puerta. Le hicimos un envoltorio de hormigón con forma ovalada pero no queríamos que fuese un espacio anodino que te oprimiese sino que te envolviese, tuviese una intención y fuese el primer capítulo en la lectura del edificio, y que sutilmente pusiese en valor el ascensor».

Brillos y reflejos
El trabajo del escultor artista plástico Ruiz de Eguino durante un año en colaboración y diálogo con el arquitecto ha desembocado en el espacio de ahora, una estancia acogedora con planta ovalada, en torno a un ascensor de cristal, con sus brillos y reflejos, envuelta en su pared por una capa de aluminio que rompen líneas geométricas tras las cuales evoluciona una luz entre amarilla y verde, los colores corporativos de Orona. Una secuencia programada hace que las líneas luminosas cambien lentamente, haciéndose más intensas o tenues por zonas. «Quienes llegan aquí –explica Ruiz de Eguino- han entrado en un edificio espectacular pero están en un parking subterráneo normal. Y se encuentran con una instalación escultórica que podría estar en un museo. Es un mensaje, algo que sorprende ». Define el artista esta creación, que sólo podrán ver quienes visiten Orona Zero entrando por su aparcamiento, como «un espacio silente y a la vez dinámico, por el ritmo musical que crean sus líneas. Tiene algo de capilla, de cava, pero no como la cueva de los prehistóricos sino una cueva del siglo XXI, consciente y racional».
MIKEL G. GURPEGUI
Diario Vasco/Cultura/ 26.03.2015/Pág. 63